lunes, 30 de noviembre de 2015

SE MONTA EL LIO EN EL DERBY

Cuando Jesús Gil y Gil llegó a la presidencia del Atlético de Madrid tuvo como principal objetivo de sus críticas los presuntos favores que permanentemente recibía el Real Madrid, en especial en el apartado arbitral.El antimadridismo del mandatario se manifestaba en una retaila de declaraciones incendiarias contra el potente rival madrileño.
A Gil le costaba dar con la tecla para crear un equipo competitivo, su primer año había acabado en decepción tras cesar a Menotti y despedir a Ufarte por no querer aceptar las imposiciones presidenciales en materia de alineaciones.. En su segunda temporada, la 88-89, la apuesta por Jose María Maguregui había dado lugar a otro fiasco; apenas duró cinco jornadas con una sólo victoria, un empate y tres derrotas. Luego le dio por contratar a un inglés, Ron Atkinson, que para variar no se comió el turrón: el mandatario le acusaba de no dar un palo al agua y puso a su segundo de primer entrenador, Colin Addison.
Pero a corto plazo, de la mano de Atkinson los resultados del Atlético mejoraron algo. El 3 de diciembre se visitaba el Bernabéu, y una semana antes el Real Madrid le hizo saber a Gil que no era procedente que acudiera al palco. El sorianao respondió desafiante que a lo mejor se presentaban con el equipo juvenil y llegó a plantearselo, pero la normativa federativa lo impedía. Además el año anterior había ganado 0-4 y tenía sueños de repetir la hazaña.
El día señalado se jugó el partido finalmente. A los cinco minutos marca el Madrid a la salida de un córner , pero apenas diez minutos mas tarde empata el Atlético. Es un duelo intenso en el que se suceden ocasiones para uno y otro bando. 

En la segunda parte el juego se endurece. Futre simula una caida en el área blanca y los madridistas se lo recriminan, en especial el portero Buyo, que tiene su primera enganchada con el portugués. Mas tarde el defensa Tendillo caza al luso por detras y el árbitro, el andaluz Martín Navarrete, le saca tarjeta roja (con los criterios actuales sería procedente, pero entonces se permitía mas dureza en los terrrenos de juego): Esta decisión condiciona la labor del colegiado durante el resto de partido ya que trata malamente de compensar y pierde el control de la contienda En una jugada en banda, Buyo sale de su portería por una pelota, Futre se acerca y los dos hacen teatro en su caida. Orejuela, centrocampista atlético, se acerca para poner paz y el portero blanco hace aspavientos simulando la agresión. El árbitro, nervioso, expulsa a Orejuela. Unos minutos mas tarde, el meta gallego hace una entrada alevosa a Manolo cuando encaraba la porteria del Madrid y sólo es sancionado con amarilla. Para complicarlo todo, el Madrid gana el partido con un gol en el minuto 91, obra de Martín Vazquez con tres jugadores madridistas en fuera de juego, aunque no intervenían eso sí en la jugada.
Al día siguiente salta el escándalo: una cámara situada detrás de la portería del Madrid demuestra que en la jugada de la expulsión de Orejuela, Buyo ha simulado e incluso agredido al mismo. Jesús Gil entra en cólera y va de emisora en emisora despotricando contra Buyo, el Real Madrid y la adulteración de la competición. Una ola de críticas se ceban sobre el guardameta pòr su actitud antideportiva.y el Comité de Competición entra de oficio en el caso aplicándole una sanción de cuatro partidos.Gil llega hasta a pedir su inhabilitación. Lo cierto es que es muy probable que esa actuación condicionara bastante que el gallego no fuera nunca el portero titular de la selección en unos años en los que se cuestionaba bastante a Zubizarreta, pero la imagen de Buyo salió muy mal parada. Se trataba de un portero muy ágil y de buenos reflejos, pero algunas actuaciones del mismo eran mas bien excéntricas.
El partido desata además una rivalidad considerable entre Futre y Buyo. Para el portugués el batir al cancerbero blanco se convierte en una obsesión y, de hecho, jugará ante el Real Madrid los mejores partidos de su estancia en España. En una ocasión declaró
"Con Buyo tenía mucha rivalidad. Tenía su foto colgada en el espejo desde 15 días antes de jugar. Todas las noches al acostarme le miraba y me motivaba. Y al despertarme igual, era lo primero que veía por las mañanas y pensaba 'le voy a reventar'", comentó el portugués en una entrevista facilitada por el Atlético de Madrid . Años mas tarde, en la final de Copa del 92, Futre culminará su venganza con un gran gol, celbrado de esta guisa "Toma Buyo, toma......".

Con el paso de los años los dos principales protagonistas limarían sus asperezas y hasta consiguieron tener una buena relación; hoy no es infrecuente que particpen en actos solidarios y sean entrevistados juntos en vísperas de un derby. Hasta los presidentes de aquellos años, los inimitables Ramón Mendoza y Jesús Gil, terminaron siendo amigos. Pero aquel 3 de diciembre de 1988, la guerra deportiva se declaró en la capital.